Sostenibilidad en la Industria Petrolera Venezolana

Recientemente fueron publicadas las normas para la sostenibilidad, relacionada con la información financiera “NIIF S1 y NIIF S2”, por parte del equipo de sostenibilidad global de la Fundación NIIF (IFRS FUNDATION por sus siglas en Inglés), y obviamente, en un país petrolero como el nuestro, lo primero en lo que pensamos aquellos que estamos en el lado de la profesión contable y la auditoría, es en ese sector y en cómo puede implementarse esta normativa en las empresas de esta industria; y cómo no va hacer de esa forma si es la fuente número uno de ingresos de Venezuela.   

Este es un tema que por muy complejo y polémico que parezca, porque principalmente involucra aspectos económicos, políticos, sociales y por supuesto medioambientales, requiere atención.

La sostenibilidad en el sector petrolero, debe, por obligación, abocarse a la capacidad de mantener o mejorar el desempeño de la industria, minimizando los impactos negativos en el medio ambiente y maximizando los beneficios para el país, todo esto sin afectar a las generaciones futuras, tal y como está definido en el concepto de Desarrollo sostenible aprobado mundialmente.

Esta industria inicialmente se enfrenta a varios desafíos para lograr la sostenibilidad y esto pasa principalmente por lo económico. Entre estos desafíos tenemos:

• Una baja producción de petróleo, gas y derivados por falta de inversión.
• La crisis económica general del país, con una difícil generación de divisas debido a las sanciones internacionales de la Unión Europea, pero principalmente las sanciones económicas de los Estados Unidos de América.
• La situación geopolítica de nuestros aliados energéticos y económicos Rusia y China.
• El deterioro de la infraestructura, que puede generar aumentos en los riesgos de accidentes, derrames y fugas de hidrocarburos de petróleo y gas, aumentando el impacto ambiental de la explotación, afectando tanto la biodiversidad como el clima, el agua y la salud de las comunidades locales.
• La dependencia del petróleo como fuente de ingresos y energía, que limita la diversificación económica y la transición hacia fuentes renovables y limpias que son las bases del desarrollo sostenible.
• La falta de una política energética, que cuide los objetivos nacionales y que nos permita cumplir con los compromisos internacionales en materia de cambio climático y desarrollo sostenible.

Ahora bien, para adaptarnos a esos cambios que emergen debido a los efectos climáticos, el sector petrolero en Venezuela debería implementar medidas que:

• Aumenten la eficiencia de los procesos y la producción, a través de la modernización tecnológica, la gestión transparente y la atracción de inversiones privadas nacionales e internacionales.
• Reduzcan el impacto ambiental, mediante la prevención y el control de la contaminación, la restauración y la compensación de los daños, el cumplimiento de las normas legales y los estándares internacionales.
• Promuevan la diversificación económica y el desarrollo de sectores no petroleros con potencial competitivo, como el turismo, la agricultura, la industria y los servicios.
• Impulsen la transición energética, mediante el uso innovador de energías renovables, la eficiencia energética y el uso racional de los recursos naturales renovables y no renovables.
• Fortalezcan la participación ciudadana, aplicando el diálogo social, la educación ambiental y el respeto a los derechos humanos y las culturas locales.

Estas medidas requieren de una visión estratégica, un marco legal constitucional e institucional adecuado, una voluntad política firme y un consenso nacional e internacional. Solo así se podrá garantizar la sostenibilidad del sector petrolero en Venezuela y su contribución al bienestar, no solo del país y del medio ambiente, sino, además, al de la humanidad.

A la par, el Gobierno de Venezuela ha tomado algunas medidas para implementar la sostenibilidad en este sector que han sido anunciadas a raíz de la crisis de la COVID-19 y que son de tomar en cuenta:

1. Decretar la "emergencia energética" en el sector petrolero en febrero de 2020, y crear una comisión de "carácter plenipotenciario" para la "defensa" y "reestructuración" de la industria petrolera.
2. Anunciar una nueva ley orgánica de hidrocarburos en octubre de 2020, que busca atraer inversiones privadas, nacionales e internacionales, y flexibilizar el régimen fiscal y contractual del sector. Esta Ley no ha sido promulgada.
3. Eliminar el control de precios y la fiscalización de las exportaciones de petróleo, permitiendo a los privados vender el petróleo venezolano con descuentos de hasta más del 40%.

Estas medidas a la fecha no han tenido el impacto esperado por el Ejecutivo.

Para finalizar, es menester mencionar que, para contar con el establecimiento de una Estrategia de Sostenibilidad en la industria petrolera venezolana, se debe incluir en la ecuación, la caracterización e identificación detallada de todos los grupos de interés, especialmente de las empresas petroleras nacionales e internacionales que hacen vida en este sector, así como, de las comunidades, del gobierno y de los factores políticos. Después de allí es cuándo se podrá dar prioridad a la inversión en sostenibilidad que realmente se requiere, con base en los criterios aprobados mundialmente para así convertirnos en un factor influyente en el cuidado climático como industria y como país.

En Crowe en Venezuela nos aseguramos de tomar la decisión más inteligente hoy para crear un valor duradero que perdure mañana.