Para evaluar, en primer lugar, debemos entender por qué se diseñó e implementó un control. Esto es, qué riesgo de la operatoria debe ser controlado, ya sea para prevenir su ocurrencia o para detectar y corregir el impacto de que acontezca. En definitiva, un procedimiento de control es la forma en que se planifica cumplir con un objetivo de control, es decir, la enunciación de que riesgo se considera y como se mitigará.
Un requisito fundamental para evaluar el control interno es conocer cuáles son los riesgos significativos que afectan a los objetivos de la labor. Así, se podrá apreciar adecuadamente como los mecanismos de control dan a evitar, prevenir el impacto o detectar y corregir los desvíos que se pudieran producir.
Para comprender como influyen las TI en la evaluación del control interno, debemos estimar el impacto de la tecnología en los riesgos controlados. En otras palabras, que riesgos agrega la tecnología a los objetivos de la labor. Algunos de los riesgos que ejemplifica la Norma Internacional de Auditoría NIA 315 atribuibles a las TI son:
La evaluación de los riesgos y los controles diseñados por la empresa, la determinación del alcance de las pruebas a llevar a cabo y la consideración de los resultados representan un desafío para los profesionales en Ciencias Económicas. A quienes deseen profundizar en estos conceptos, les recomiendo la lectura del Cuaderno Profesional No.65, "Efectos de la Tecnología de la Información sobre el Control Interno", elaborado en el marco de la Comisión de Estudios de Tecnología de la Información del Consejo y publicado en enero pasado.