El Parlamento Europeo ha aprobado una directiva que busca mejorar el etiquetado de productos para poner fin al uso de prácticas de marketing engañosas en la UE sobre indicaciones medioambientales y ayudar así a los consumidores a tomar decisiones de compra más informadas.
Esta medida surge del compromiso establecido en el Pacto Verde Europeo de 2019 para abordar las falsas afirmaciones ambientales y garantizar que los consumidores reciban información fiable y verificable.
La directiva amplía la lista de prácticas comerciales prohibidas para abordar las prácticas de greenwashing, incluyendo el uso de afirmaciones vagas o difusas como "respetuoso con el medio ambiente", "natural", "biodegradable", "climáticamente neutral" o "eco" - a menos que estén respaldadas por datos comparativos y verificables - o cuya reducción de emisiones sea debida a proyectos de compensación de emisiones (lo que se conoce como neutralidad de carbono).
En España, el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 anunció, el pasado 15 de marzo, la tramitación de una Ley de Consumo Sostenible, coincidiendo con la aprobación de esta directiva por parte del Parlamento Europeo.
Esta nueva norma, anunciada por la Secretaria General de Consumo y Juego, se centra en promover el consumo sostenible desde la perspectiva de los consumidores y la producción. Esta Ley busca combatir el greenwashing, desarrollar un índice de reparabilidad, garantizar el derecho a reparar y promover la prolongación de la vida útil de los productos.
La directiva europea, junto con la futura Ley de Consumo Sostenible en España, se espera que fortalezcan la protección del consumidor y fomenten prácticas más transparentes y sostenibles en el mercado. Esta medida contribuirá a la promoción de una economía circular y al establecimiento de criterios más rigurosos para las afirmaciones ambientales de los productos.