Una de las principales incertidumbres de los emprendedores de cara a las rondas de capital es la determinación del valor de su empresa y cómo calcular la participación en el capital de la sociedad que obtendrá el inversor por su aportación.
En nuestra trayectoria profesional hemos encontrado muchos casos en los que el valor se ha determinado sin ningún método por actores sin ninguna formación financiera y en buena medida se ha basado en proponer aquel valor en el que alguien (principalmente las 3 “F”, Friends Family & Fools) está dispuesto a entrar en el capital de la compañía. Este fenómeno es más acusado cuánto más reciente es el nacimiento del proyecto y menos profesional es su gestión; naturalmente, cuanto más avanzado es el grado de desarrollo de la empresa más reducido es el campo para la arbitrariedad.
En cualquier caso es indudable que la valoración de las sociedades de nueva creación (startups), en especial en etapas de early o growth stage, conllevan un reto muy significativo dada la combinación de circunstancias inherentes a estas fases tempranas.
A continuación, exponemos los principales factores que dificultan la valoración de este tipo de empresa:
Adicionalmente pueden concurrir otros factores como:
En este contexto, la valoración profesional de startups suele recurrir a métodos generalmente aceptados cuya selección dependerá en gran medida del grado de desarrollo de la compañía y de la información disponible.
Al igual que en cualquier otra valoración de activos son de aplicación los principios generales de que el valor depende de la previsión de flujos de caja, de la cercanía en el tiempo de los mismos, del crecimiento esperado y del riesgo asociado al proyecto que generalmente es muy significativo en el caso que nos ocupa. El inversor especializado en este tipo de activo asume ese riesgo adicional a cambio de una rentabilidad esperada muy superior a otros activos.
Nuestra recomendación es que, sin dejar de poner el foco en el desarrollo del producto o servicio que ha originado la sociedad, se tengan muy presentes todos estos factores y se enfoque el plan de negocio tratando de dar respuesta a los mismos, ya que cualquier inversor mínimamente sofisticado los tendrá que evaluar antes o después.
Fernando Segú
Socio Responsable de Financial Advisory