Lucha por los fondos europeos

En las últimas semanas se han publicado muchas noticias sobre la inminente llegada a España de fondos europeos. Estas ayudas se enmarcan en el Fondo de Recuperación de la Unión Europea y no solo apuntan a una rápida recuperación de Europa tras la pandemia, sino también a la transición hacia una economía sostenible.

Los procesos activados conllevan un mensaje claro: estamos en una transición sin precedentes, la economía basada en el carbono tiene los días contados y la innovación y la justicia social son aspectos que van en serio. En otras palabras, la recuperación y resiliencia de Europa dependen de unas nuevas reglas de juego.

La apuesta está en reorientar Europa para no quedarnos atrás, para que no sea el bloque que no fue, para que haya un sueño compartido de la Unión a través de un proyecto sostenible que, además de mejorar la economía, dé contención a sus habitantes. Europa sabe que corre el riesgo de perder su rol de potencia central en el concierto de las naciones si no da este paso. Para ello es necesario abandonar la idea de la Europa que fuimos y entender que hay que abrir camino a una nueva Europa, liderada por la voluntad de aprender y cuidar del planeta, y alejada de su sesgo de región envejecida y poco atractiva para la inversión innovadora.

En ese contexto, las empresas han sido inundadas de promesas que pueden parecer vacías con que lloverá dinero fácil y rápido,  pero esto no debe verse como una salida trivial para seguir haciendo lo mismo. Hay que tener claro que los fondos serán para aquellos que tengan sólidos fundamentos para liderar el cambio. En otras palabras, a esta fiesta no están todos invitados.

En los inicios de la pandemia hablábamos de decisiones clave para cuando comenzara el proceso de salida o de vuelta a la normalidad. Parece que estamos empezando a salir (algunas vacunas más, algunas vacunas menos, pero allá vamos). Es momento de dejar atrás la toma de decisiones de corto plazo y dejar de estar a merced de “lo que está pasando ahora”. Tenemos la oportunidad de tomar mejores decisiones con impacto positivo a largo plazo, y para eso necesitamos revisar nuestra estrategia, alinear a las personas y enfocarnos en la transición climática necesaria, en la industrialización de la economía y en la digitalización que esto implica. Sobre esa reflexión debemos formular los proyectos, y sólo así aseguraremos que obtengan las tan esperadas ayudas.

Si algo podemos empezar a hacer desde ya es analizar cómo los proyectos en mi organización y en mi industria contribuyen a los objetivos de alto nivel en cuanto a innovación y sostenibilidad. El premio de la pandemia lo ganaron España e Italia, quienes recibirán mucha más ayuda que los demás socios del club de los veintisiete. Esta es la oportunidad de oro para que ambos países den un paso adelante en transformarse y alcanzar los niveles de productividad e industrialización de Francia y Alemania de cara al 2030. Si Europa apuesta al crecimiento de nuestra economía para la consolidación de la Unión, es momento de que el sector público y privado asuman tal responsabilidad con eficacia.