Actualmente mis funciones consisten entre otras cosas en planificar la auditoría de cada cliente asignado, evaluar los posibles riesgos que pueda tener, realizar trabajo de campo, organizar y supervisar a mi equipo y hacer seguimiento de los trabajos desde el principio.
Lo que más me motiva es que no es un trabajo rutinario. Cada cliente pertenece a un sector distinto y esto me permite abordar diferentes enfoques de la auditoria y asumir retos con cada nuevo trabajo.
Me contrataron hace 21 años, en marzo de 1999, nueve meses después de terminar la carrera. Por aquel entonces, solo éramos tres en la oficina de Vigo. Estaban en pleno trabajo de campo y el primer día me pusieron delante un montón de “papeles pijama” por lo que tuve que apañarme con mis conocimientos primerizos. El trabajo me enganchó desde el primer momento y mi gerente, además de confiar en mí, me enseñó y apoyó durante toda mi carrera valorando mis logros y ayudándome a aprender de mis errores.
Nada fue un impedimento para seguir creciendo. A día de hoy sigo teniendo grandes compañeros que han hecho posible tener un buen ambiente de trabajo y eso facilita nuestra labor, pues pasamos muchas horas juntos y hay momentos de mucha tensión.
Estoy contenta de ver que crecemos año a año y podemos asumir nuevos retos y responsabilidades.
Destacaría sin duda dos cosas: por un lado, tener una excelente relación con el equipo de trabajo donde la comunicación fluye desde el socio hasta el assistant y por otro lado, la flexibilidad para poder conciliar el trabajo con la vida personal. Esto último no siempre es fácil, pero en Crowe este aspecto se gestiona perfectamente y se agradece mucho.
El trabajo de auditor no es fácil. Tiene que ser una persona responsable, disciplinada, comprometida, exigente con ella misma, resolutiva frente a imprevistos y, sobre todo, que disfrute realizando el trabajo de auditoría. Creo que con esto último “disfrutar del trabajo” es la base, sobre todo para alguien que empieza. El resto de las habilidades se van cultivando con el tiempo.
Por supuesto. En base a mi experiencia personal, creo que somos una firma en la que no paramos de crecer profesionalmente hablando. Al final, si la empresa prolifera, nosotros lo hacemos también.
Además, el hecho de pertenecer a una firma global con presencia en 146 países es algo que también se valora mucho, tanto por la calidad de servicios que podemos ofrecer como por la red de contactos con la que contamos que es mucho mayor que cualquier firma local. Esto nos permite tener un enfoque intercultural y diverso.
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