Paula Guerra es Supervisora del área de Auditoría en la oficina de Torre Realia, Madrid. Empezó su carrera profesional como auditora junior en una empresa cooperativa agroalimentaria en Valencia y posteriormente entró a una firma global de servicios profesionales líder donde estuvo 5 años. Hace un año entró a formar parte de Crowe y en esta entrevista nos comparte su experiencia.
1. Has cumplido un año en Crowe. ¿Qué destacarías de tus inicios en la firma?
Lo más destacable, sin duda, fue la gran acogida que tuve por parte de todos, tanto de mis compañeros de auditoría, como por parte de los equipos de otros departamentos de la oficina de Madrid. Tras un tiempo en la firma, te das cuenta de los aspectos fundamentales de Crowe: cuidar al profesional, asegurarse de su bienestar e implicación, tratar de mantener su motivación de manera constante y eso se traduce en mayor productividad y eficiencia por parte del personal.
Destacaría además la adaptación a nuevos proyectos de ámbitos en los que yo no había participado anteriormente. Venía de una Big4, donde el estilo de trabajo es muy diferente y existe más división y especialización en la asignación de proyectos en función del sector.
2. Como supervisora de Auditoría, explícanos cuáles son tus responsabilidades, cómo es tu día a día y qué tipo de clientes gestionas.
Creo que el trabajo de un auditor es de los más dinámicos que puede haber dentro del mundo de los servicios financieros, sobre todo a medida que vas adquiriendo experiencia. Cuando llegas a supervisor, te encargas de los trabajos de auditoría de una cartera de clientes, lo cual implica que un día puedes estar auditando una empresa retail, y la semana siguiente una energética, o incluso una entidad financiera.
El puesto de supervisor de auditoría, o dicho de otro modo, manager de primer año, conlleva, entre otras cosas, la realización de la planificación del trabajo, la evaluación de riesgos, la supervisión del trabajo del equipo y el seguimiento del mismo. Una de las labores más relevantes es la de gestionar al equipo y a su vez llevar la comunicación en el día a día con el cliente, por eso es tan importante que la comunicación sea muy fluida a todos los niveles.
3. ¿Qué es lo que más te motiva de tu trabajo?
Creo que lo mejor de la auditoría es saber que estás ayudando a empresas a mejorar internamente para que su información financiera sea lo más fiable posible. El auditor hoy en día ya no es visto solo como el que busca dar una opinión sobre la razonabilidad de los estados financieros, si no que muchos clientes a los que prestamos servicios son cada vez más conscientes de que la auditoría genera valor a sus empresas y que nuestro rol va más allá de cumplir con la regulación, determinar los ajustes o darles una carta con observaciones o recomendaciones estándar. Estamos ahí para asesorar y para ayudar a nuestros clientes a cambiar o a mejorar “las tripas” de su organización. Y cuando ves que las empresas tienen interés por querer ser mejores y que colaboran activamente para identificar las situaciones a corregir, es tremendamente reconfortante.
Por otro lado, a medida que vas subiendo de categoría, vas asumiendo nuevos retos y nuevas responsabilidades, lo cual hace que estés en fase de aprendizaje continua, y a la vez ayudas a formar a la gente que entra sin apenas experiencia a que se desarrolle profesionalmente.
4. La auditoría requiere de dedicación y atención al detalle, ¿Qué cualidades debe tener una persona que quiera dedicarse a esto?
Cuando se empieza en esta profesión principalmente se requiere capacidad analítica y de investigación, ya que se tiene que revisar mucha documentación. La organización también es básica, siendo capaz de establecer prioridades e identificar los temas más relevantes. El trabajo del auditor no solo implica estar sumergido en documentos, y por eso es necesario a la vez tener una buena capacidad de comunicación tanto con el equipo, como con el cliente.
Sin duda la auditoría es una profesión sacrificada que requiere de una gran dedicación, por eso también es importante la perseverancia y la constancia. Las personas que inician su carrera profesional en esta profesión y “abandonan el barco” unos pocos años después no llegan a experimentar lo más bonito y gratificante de este trabajo, que es echar la vista atrás y ver a cuantas empresas y a cuantos profesionales has ayudado por el camino.
5. ¿Cómo describirías el ambiente de trabajo en la oficina de Madrid?
Con una palabra: inmejorable. Hay mucha interacción entre todos los miembros de los diferentes departamentos, algo que no es habitual en empresas de cierto tamaño, y eso genera un ambiente de trabajo increíble. Se aprecia en el ambiente la motivación del personal por crecer y por mejorar, y a la vez hay muchísimo compañerismo por parte de todos. Además, contamos con líderes ejemplares, cercanos, que nos trasladan en el día a día el conocimiento y la motivación para desarrollarnos profesionalmente en la firma.
6. ¿Cuáles son los tres aspectos que resaltarías de la firma?
La confianza, el compromiso, y el trabajo en equipo.