En un entorno tan cambiante como el actual, donde la seguridad y salud de las personas se ha vuelto una prioridad, el teletrabajo ha pasado de ser una solución provisional y drástica a ser la nueva forma de trabajar, aportando más flexibilidad a empleados y empleadas con sistemas y políticas más maduradas. Para muchas compañías este cambio de paradigma no ha sido fácil. Sin embargo, ahora se está iniciando una conciliación entre el formato presencial y el remoto.
Los beneficios de esta flexibilidad para las compañías son más que evidentes. Los y las profesionales pueden trabajar desde cualquier parte del mundo, suponiendo un ahorro en infraestructura, energía y suministros, aunque también supone un gran reto. A nivel de Ciberseguridad se ha ampliado el perímetro, ya que trasladamos todos nuestros dispositivos corporativos al ámbito doméstico, lo que aumenta los riesgos de seguridad de la información.
¿A qué se enfrentan las empresas cuando su plantilla teletrabaja?
Resulta habitual que todos nuestros dispositivos del hogar estén conectados a la misma red de internet (impresoras, consolas, portátiles, móviles, televisores, etc.), lo que aumenta el riesgo de violaciones de seguridad, ya que, si algún dispositivo se ve infectado, la probabilidad de que el resto también se vean afectados es muy alta.
Un estudio realizado por la compañía Trend Micro revela que los ciberataques se incrementaron un 47% en el primer semestre de 2021, bloqueando 40,9 mil millones de amenazas de correo electrónico, archivos y direcciones URL maliciosas. Por ello es necesario para las empresas que tienen personal teletrabajando conocer y tener en cuenta algunos de los principales riesgos a los que se exponen:
¿Cómo se debe actuar ante esta situación?
Para que las empresas puedan hacer frente a todas estas amenazas, es vital:
La conclusión es que el teletrabajo ha llegado para quedarse y está haciendo virar el mundo laboral a menos “presencialismo”, abogando por un modelo mixto y flexible, que beneficie tanto a compañías como a empleados. Esto hace que se tengan que implementar nuevas políticas de trabajo y medidas de seguridad de la información y ciberseguridad que ayuden a las empresas a proteger y asegurar sus activos.