CEO Stories: Oriol Martínez

P: Una de vuestras diferencias competitivas es que trabajáis proponiendo soluciones “out of the box” para evolucionar y hacer progresar la sociedad. La fabricación de respiradores ha sido un claro ejemplo de ello. ¿Cómo surgió la idea?

R: Fue algo un poco personal al principio. En el contexto de la Covid-19, mi esposa se considera persona de riesgo. Un día llegué a casa preocupado pensando en que si las UCIs colapsaban se quedarían sin suficientes respiradores. ¿Qué pasaría con mujer u otras personas si se llegaran a encontrar con esa situación?

Como ingeniero, tenía que pensar en una solución. Si tanto yo o la empresa podíamos hacer algo, teníamos el deber de hacerlo. Así que automáticamente llamé al responsable de I+D. Al día siguiente teníamos el primer prototipo dibujado y al cabo de 15 días teníamos el prototipo montado. Una vez presentado a instancias gubernamentales y homologado pudimos fabricar respiradores que pudieron salvar algunas vidas.

P: La Covid-19 ha conllevado cambios para todas las empresas y sectores. En vuestro caso os habéis podido adaptar abriendo un nuevo mercado. Siendo un negocio B2B, ¿seguiréis ofreciendo respiradores?

R: Esta nueva realidad nos ha llevado a reflexionar sobre la necesidad de cubrir las demandas de nuevos sectores como ha sido el caso del sector de la salud. Sin embargo, no somos de copiar productos. Nosotros tenemos nuestro porfolio de productos de tecnología propia. Así que sí, actualmente seguimos desarrollándolos para poder salir al mercado con un respirador que diferente y aporte un factor diferencial.

P: Y además de este nuevo camino, ¿Qué ha cambiado en vuestro negocio habitual?

R: Por suerte, nuestra empresa y línea de producción no ha sufrido ningún cambio para fabricar los respiradores. Al final, el respirador no deja de ser un equipo que trata gases como los que ya fabricamos habitualmente. Las partes complejas fueron la médica y la presión del gas. Nosotros estamos acostumbrados a trabajar entre ocho o diez hasta trescientos bares de presión, así que lo tuvimos que adaptar para que no fuera un peligro para las personas.

Además, descubrimos y que fue un reto es que el sector sanitario, que era el que teníamos que atender por primera vez, está poco abastecido en gran parte por empresas extranjeras. Esto nos ha enseñado que cuando los países tienen un problema de este alcance, como una pandemia, se deben tener proveedores locales para el abastecimiento de materiales necesarios para hacerle frente.

P: ¿Qué está cambiando en la forma de acercaros a los clientes?

R: Ha cambiado la filosofía. Como propietario de GasN2 siempre he marcado una filosofía y orientado a la organización a unos valores. Es evidente que una empresa está para ganar dinero, pero aparte de esto, tenemos claro que debemos aportar otras cosas al mundo. Por un lado proporcionarle al cliente un ahorro económico y de tiempo para que pueda vivir más tranquilo y mejor y a mejorar el planeta en términos medioambientales reduciendo y reutilizando el CO2 antes de que vaya a la atmósfera.

Un ejemplo de ello es que nosotros no vendemos gas sino equipos que lo fabrican. Como ya hacemos con tecnología propia, hemos podido fabricar las mezclas de gases que se necesitan para los respiradores y dotamos a los hospitales con equipos que fabrican el gas in situ. De esta manera evitamos que haya camiones trasladando oxígeno arriba y abajo, que además de que es perjudicial para el medioambiente es muy peligroso.

P: ¿Qué has aprendido de esta experiencia y cómo te ha cambiado?

R: Ha sido una experiencia verdaderamente intensa. No solo no hicimos ERTE sino que además trabajábamos una media de 16 y 18 horas al día. Tuvimos momentos de muchísima intensidad en el equipo. Mi frase de aquellos días era: señores, ahí fuera está muriendo gente. Si los médicos trabajan 18 horas nosotros también.

Al final, el saber que nuestros respiradores estaban salvando vidas nos hizo sentirnos orgullosos del trabajo hecho. Los esfuerzos que hicimos valieron la pena. Así que de todo esto aprendí que las cosas no son fáciles y que todo se puede conseguir trabajando duro. Hay que dedicarle horas y sudor. Como decía Albert Einstein: la innovación es un 99% de sudor y un 1% de inspiración.

P: La innovación es muy importante para tu negocio. ¿Cómo se fomenta eso en una organización?

R: Creemos mucho en la innovación y además tenemos un equipo joven y un 25% de la plantilla en I+D con una media de cuarenta proyectos abiertos cada año. Sabemos que todo lo que invertimos tiene sus frutos a medio o largo plazo pero termina dando resultados reales. Innovar no es inventar una tecnología que nadie conoce. Cambiar un método de producción o un ERP ya es innovar.

En nuestra organización fomentamos la innovación haciendo que los equipos interactúen con el departamento de I+D para que se empapen de esta filosofía y se cuestionen las cosas. Por otro lado fomentamos la formación. Cuando formas a una persona quiere innovar y hacer cosas nuevas. Muchas empresas tienen miedo de formar a sus empleados y que se vayan, pero es peor no formarlos y que se queden.

P: Como clientes de Crowe, nos gustaría saber qué valoráis en los proveedores de servicios. ¿Qué es lo que esperas de una empresa de servicios profesionales? 

R: Sobre todo que nos guíen a hacer las cosas bien. Los empresarios queremos hacer las cosas bien y cuando no lo hacemos es por qué no sabemos hacerlas mejor. En estos casos necesitamos que nos guíen y nos ayuden a reconducirlo lo mejor posible y de manera saludable.

Lo desconocido da miedo y cuando pasa algo me gusta tener un teléfono al que llamar. Temas fiscales por ejemplo. Yo soy experto en lo mío pero a veces es necesario que cuando te encuentras en momentos de incertidumbre alguien te de la tranquilidad de que alguien te aclarará las dudas y te va a ayudar.