La reducción de la jornada laboral es un tema que, sin duda alguna, ha estado en debate público de varios países y que, de alguna manera quieren incluirla y hacerla una realidad, tras ver el ejemplo de algunos países que han implementado esta decisión.
Es tal el caso que, el gobierno de Chile en los últimos días ha aprobado una ley que se promulgó en el año 2019, donde se buscaba reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, generando diversas reacciones en los empresarios del país.
¿Por qué Chile tomó esta medida?
La medida fue impulsada por el gobierno chileno con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y promover un equilibrio entre la vida laboral y personal de los mismos, pues así mismo, lo que se busca es impulsar la productividad y seguir mejorando la calidad de trabajo que las personas puede entregar a las empresas al tener más espacio para su vida personal.
Sin embargo, la decisión ha generado polémica entre algunos sectores, quienes argumentan que la reducción de la jornada laboral podría tener un impacto negativo en la economía y la competitividad del país, mientras que, otros argumentan que la medida podría tener consecuencias negativas para los trabajadores, pues algunos empleadores podrían pensar en el hecho de una notable reducción en sus salarios.
Países en Latinoamérica y la reducción de la jornada laboral
En otros países, como Argentina y México, la reducción de horas laborales ha sido un tema de discusión y hasta el momento no se ha implementado ninguna reforma al respecto, sin embargo, algunas empresas en estos países han optado por implementar políticas de reducción de horas de trabajo como una medida para mejorar el bienestar de sus empleados y aumentar su productividad.
Por otra parte, en Uruguay, la duración legal de la jornada de trabajo es de 8 horas diarias y 44 horas semanales, establecida por la Ley N° 16.074 de 28 de agosto de 1989, donde se establece el régimen laboral uruguayo. Esta normativa menciona también que, el trabajador tiene derecho a un descanso de al menos media hora después de cuatro horas, media hora de trabajo continuo y a un día de descanso semanal, que, generalmente es el domingo. Cabe mencionar que, existen algunas excepciones a esta jornada laboral, pues depende del tipo de trabajo y las condiciones laborales de cada caso.
Actualmente en Colombia la jornada laboral es de 48 horas semanales, distribuidas en seis días laborales de ocho horas cada uno. Sin embargo, algunos sectores tienen jornadas especiales, según sus necesidades, como, por ejemplo, el sector salud, de seguridad o las entidades con horarios extendidos o nocturnos, los cuales cuentan con jornadas reducidas y/o compensatorias.
A pesar de ello, y siguiendo ejemplo de países que ya han implementado este cambio en las horas laborales, en Colombia, esta reducción también ha sido objeto de discusión en diferentes panoramas, pues en el último año ha sido propuesto reducir la jornada laboral a 40 horas semanales o incluso a 35 horas semanales, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los trabajadores, fomentar la igualdad de género, reducir el desempleo y aumentar la productividad, en lo que no muchos sectores empresariales del país han estado de acuerdo, pues argumentan que, esto podría tener un impacto negativo en la competitividad y la productividad de las empresas. Pero a pesar de lo anterior, existen iniciativas de algunas empresas en el país que, han optado por implementar políticas de reducción de jornada laboral.
¿Es viable una disminución de horas laborales?
Sin duda alguna resulta una propuesta retadora para los gobiernos que implementan o quieren implementar este cambio en la jornada laboral, pues según el tipo de industria, podría ser una medida poco favorable para la producción o situación económica de la entidad.
Sin embargo, también existen desventajas que pueden dificultar la implementación de esta medida para algunas empresas, pues una reducción de jornadas laborales implica un costo adicional para estas, ya que de alguna forma y según el gobierno de cada país, deberán pagar el mismo salario por menos horas de trabajo. Además, la incertidumbre al no saber si esta medida puede garantizar la misma productividad y eficiencia con menos horas de trabajo, especialmente en industrias que requieren una mayor carga laboral.
Por otra parte, la reducción de jornadas laborales podría tener beneficios para las empresas que velan por el bienestar de sus empleados y buscan la mejora de la calidad de vida, pues la reducción de los niveles de estrés podría llegar a generar mejores resultados y productividad en las tareas diarias que un trabajador tiene en las compañías, y otros posibles factores como, en aumentar la productividad, disminuir la rotación de personal y mejorar la reputación y la imagen de la empresa.
Otro factor para considerar es la situación económica de los países Latinoamericanos, algunos enfrentan desafíos económicos, como la inflación, la devaluación de la moneda y la falta de estabilidad política, generando incertidumbre en la viabilidad debido a la presión económica que se enfrenta actualmente para las compañías.
Es así, como se espera que, bajo la disminución transitoria que cada país decida realizar frente a la disminución de la jornada laboral se evalúe si los resultados obtenidos son beneficiosos tanto para los empleados como para las compañías, su economía y productividad.