En el pasado, las empresas a menudo se basaron en los auditores para ayudar en la reconciliación de cuentas, la preparación de comprobantes de ajuste y la preparación de estados financieros. Las pequeñas empresas, en particular, a menudo no tenían el nivel de sofisticación de contabilidad necesario para llevar a cabo estas tareas, tampoco contaba con recursos para la contratación de contadores de mejor nivel técnico.
También existían pequeñas firmas de auditores que para retener a su cliente aceptaban formar parte del equipo que “cerraba” los estados financieros.
Sin embargo, un mayor enfoque en la independencia del auditor se ha traducido durante las últimas décadas, en crear y revisar las normas relacionadas con el trabajo de éste, evitando confusiones y dejando un espacio casi nulo a la participación del auditor externo en la preparación de los estados contables de sus clientes.
Las normas de auditoria generalmente establecen que en los servicios de no auditoría (“non attest), tales como servicios de consultoría o de impuestos, los auditores puedan realizar y las circunstancias en que dichos servicios pueden ser permitidos. En este escenario, y a pesar de existir cada vez más regulaciones y porque no decirlo, sanciones, respecto de la independencia del auditor, en las empresas medianas y pequeñas crece la confusión respecto de lo que pueden esperar del servicio que prestan los auditores.
¿Qué hacen los auditores?
Un auditor es un profesional independiente y externo a la empresa, que se dedica a emitir una opinión respecto a si los estados financieros de ésta se presentan razonablemente, en todos sus aspectos significativos, a un marco normativo de contabilidad sea este local o internacional.
Para formar esa opinión, el auditor reúne evidencia apropiada y suficiente; observando y realizando pruebas; comparando y confirmando hasta obtener una seguridad razonable. El auditor se forma entonces una opinión sobre si los estados financieros están libres de errores significativos, como resultado de fraude o error.
Algunos de los procedimientos de auditoría más importantes incluyen:
A la finalización de la auditoría, el auditor puede también ofrecer un asesoramiento objetivo para mejorar la fiabilidad de la información financiera y de los controles internos para maximizar el rendimiento y la eficiencia de una empresa.
Lo que los auditores no hacen
Para obtener una imagen clara de la función de los auditores externos, que ayuda a entender lo que debe y no debe hacer es imprescindible entender el carácter “independiente “ de su revisión.
No espere que los auditores hagan ninguna actividad que ponga en riesgo su independencia profesional. Por ello no se sorprenda del cambio de actitud de un auditor externo al momento de ser requerido para aclarar dudas conceptuales de la actitud de este al solicitarle una actividad que lo relacione con la preparación de los estados financieros y menos si se trata de ajustar los registros contables. Antes de enumerar la enorme cantidad de cosas que los auditores no hacen, es necesario indicar que en ocasiones hasta el apoyo en la redacción de las revelaciones de una entidad con ayuda del auditor puede llegar a invalida el carácter de la opinión independiente del auditor externo.
Dicho lo anterior, es claro que los auditores no asumen la responsabilidad de los estados financieros en los que forman una opinión. La responsabilidad de la presentación de estados financieros recae directamente en manos de la empresa auditada y específicamente en la gerencia.
En términos prácticos, hay una serie de tareas que no se debe esperar que su auditor aplique:
Las palabras, "Responsabilidad de la Administración…” es la base fundamental sobre la que descansa la preparación de los estados financieros que revisa el auditor. En pocas palabras, debido a que la Administración que tiene responsabilidad de los estados financieros, y el auditor es responsable de pronunciarse sobre la confiabilidad de la misma, existe una clara línea divisoria entre ambas.
Recuerde, los auditores no son parte de la Administración, lo que significa que el auditor no podrá:
La opinión del auditor externo se formula de acuerdo con las normas de auditoría que requieren los auditores para planificar ciertos procedimientos e informar sobre los resultados, teniendo en cuenta la representación, las afirmaciones y la responsabilidad de la administración por los estados financieros.
Como uno de sus procedimientos requeridos, los auditores deberán pedir a la Administración comunicar por escrito su responsabilidad de la preparación de los estados financieros sujetos a revisión.
Las normas de auditoría son muy claras respecto de que la Gerencia tiene las siguientes responsabilidades fundamentales en la realización de una auditoría:
Por lo tanto, si usted ha contratado una auditoría para que le ayuden a preparar los estados financieros antes de presentar los mismos ante terceros (un banco por ejemplo) no espere que sean los auditores que le ayudarán a que sus cifras se vean “mejor” o sus notas explicativas estén mejor redactadas. Al contrario, preocúpese de que la el auditor externo siempre sea un profesional independiente y con una misión específica para la cual cuenta con un conjunto normativo claro y actualizado. Sólo de esa manera la expresión ….presentan razonablemente la situación financiera…” Tendrá un valor real para usted y para terceros.