La Ciberseguridad es un problema latente, del que todos los países parecen estar ocupándose. Hace algunas semanas vimos cómo Donald Trump solicitaba a la inteligencia rusa a rastrear los correos electrónicos de su rival demócrata Hillary Clinton.
Así mismo, hace unos meses el gobierno australiano anunció una estrategia para evitar los ataques de Ciberseguridad, mientras que el Parlamento chino publicó un proyecto de ley sobre ciberseguridad que consolida el control de Beijing sobre los datos.
Chile por su parte, no se queda atrás en esta tendencia mundial, ya que el gobierno creó el año pasado el Comité Interministerial sobre Ciberseguridad, que busca ocuparse de los riesgos que conllevan las tecnologías de la información y que pueden afectar de manera grave la seguridad pública, los derechos fundamentales e inclusive comprometer la seguridad externa del país mediante actividades de espionaje y ciberataques llevados a cabo por otros países, grupos organizados, o, incluso, por sujetos individuales.
Esta preocupación por la protección de los datos, se escala también a las organizaciones privadas. Hemos visto como grandes corporaciones, hospitales e inclusos medianos y pequeños empresarios han sido víctimas de ataques de hackers, los que a través de “Malwares” (sofware o código maligno) copian la información de sus sistemas o la encriptan, para luego lucrar con la venta de la información obtenida, o, con la liberación de los sistemas.
Nuestra experiencia internacional nos ha demostrado que la mejor manera de combatir estos ataques, es a través de Centros de Ciber Inteligencia, los que buscan proteger la información a partir de tres ejes estratégicos fundamentales. El primero, enfocado a la seguridad o protección, que se basa en la adopción de una matriz de riesgo para prevenir los cibercrímenes, asegurando los controles de seguridad internos. Así mismo, el segundo pilar son los sistemas de alertas, que son aproximaciones a la inteligencia artificial, que ayudan a fortalecer los sistemas imperantes en la organización evitando y previniendo próximos ataques. Luego de estos dos pasos iniciales, se encuentra el eje de la resiliencia, que es básicamente la creación y activación de protocolos al momento de ser atacados, que buscan normalizar en tiempo reducido los sistemas de una compañía tras un ataque, ayudando de esta manera a prevenir las pérdidas.
No es casualidad que el mundo entero se esté ocupando de la ciberseguridad de su información, ya que el peligro hoy está a un sólo click.
Fuente: http://aechile.cl/2016/10/06/ciberseguridad-una-necesidad-del-mundo-actual/